“…las Sagradas Escrituras…pueden darte la sabiduría que conduce
a la salvación… mediante la fe en Cristo Jesús.” II Tim. 3: 15 b
(El Libro del Pueblo de Dios)
a la salvación… mediante la fe en Cristo Jesús.” II Tim. 3: 15 b
(El Libro del Pueblo de Dios)
Cuando organizamos un viaje, sea de placer, por trabajo u otros motivos, pensamos es en aquello que debemos llevar con nosotros. No podrá faltar el mapa de ruta y aún los datos que nos dan quienes ya han recorrido esos caminos pueden servirnos.
Muchas veces esos detalles nos hacen olvidar de lo más importante: la razón de nuestro viaje y el lugar a donde nos dirigimos.
En la vida nos sucede lo mismo: cuando comenzamos a desandar los caminos que el Señor nos señala, necesitamos una guía cotidiana. Dios nos la proveyó desde siempre. Su voluntad salvadora para el pueblo se puso de manifiesto en la historia. De ello da testimonio la Biblia. Su revelación se hizo concreta en el llamado a la búsqueda de la tierra de libertad brindando acompañamiento y sustento; y en Jesús como Palabra Mayor: Dios hecho ser humano.
El testimonio de quienes ya recorrieron el camino (la tradición), los datos que los viajeros anteriores registren (doctrinas), serán valiosos. Pero lo más importante, lo único que nos llevará a la meta será el reconocer a Jesús como el Camino y la guía y luz de La Palabra que nos conducen a la salvación.
Sólo la Escritura como fundamento de nuestra fe, afirmaba la Reforma. Aún cuando somos despojados de todas nuestras fuerzas nos queda esa “Palabra Salvadora que sostiene, conduce, combate y vence...” por nosotros ( D. Bonhoeffer)
“Las Sagradas Escrituras contienen todas las cosas necesarias para la salvación” afirmamos en nuestros Artículos de Fe como IEMA.
¿Es esta nuestra experiencia? ¿Nos nutrimos diariamente en Su Palabra para transitar nuestro camino?
Pastora Nelly Ritchie
Muchas veces esos detalles nos hacen olvidar de lo más importante: la razón de nuestro viaje y el lugar a donde nos dirigimos.
En la vida nos sucede lo mismo: cuando comenzamos a desandar los caminos que el Señor nos señala, necesitamos una guía cotidiana. Dios nos la proveyó desde siempre. Su voluntad salvadora para el pueblo se puso de manifiesto en la historia. De ello da testimonio la Biblia. Su revelación se hizo concreta en el llamado a la búsqueda de la tierra de libertad brindando acompañamiento y sustento; y en Jesús como Palabra Mayor: Dios hecho ser humano.
El testimonio de quienes ya recorrieron el camino (la tradición), los datos que los viajeros anteriores registren (doctrinas), serán valiosos. Pero lo más importante, lo único que nos llevará a la meta será el reconocer a Jesús como el Camino y la guía y luz de La Palabra que nos conducen a la salvación.
Sólo la Escritura como fundamento de nuestra fe, afirmaba la Reforma. Aún cuando somos despojados de todas nuestras fuerzas nos queda esa “Palabra Salvadora que sostiene, conduce, combate y vence...” por nosotros ( D. Bonhoeffer)
“Las Sagradas Escrituras contienen todas las cosas necesarias para la salvación” afirmamos en nuestros Artículos de Fe como IEMA.
¿Es esta nuestra experiencia? ¿Nos nutrimos diariamente en Su Palabra para transitar nuestro camino?
Pastora Nelly Ritchie