jueves, 23 de septiembre de 2010

Dios habló




"Sucedió que cuando Juan los estaba bautizando a todos, también Jesús fue bautizado; y mientras oraba, el cielo se abrió 22 y el Espíritu Santo bajó sobre él en forma visible, como una paloma, y se oyó una voz del cielo, que decía: -Tú eres mi Hijo amado, a quien he elegido". "Cuando ya el diablo no encontró otra forma de poner a prueba a Jesús, se alejó de él por algún tiempo". Lucas 3:21-4:13.







El cuarto de Daniela, mi sobrina adolescente, estaba tapizado de textos bíblicos, pegados de diferentes formas, colores y tamaños. Cuando le pregunte a ella a qué se debía, me dijo: "Para recordar lo que Dios me habló, tía".

Creo que ella entendió mejor que yo lo que Jesús pasó al comienzo de su ministerio. En Lucas 3:21 Jesús recibe la confirmación audible de quien es él y seguramente escuchada por otros que estaban con él y lo recuerda cuando Satanás lo cuestiona. En dos oportunidades le dice: “si de veras eres hijo de Dios…”(4:3,9) ¡Qué importante fue recibir esta afirmación al comienzo de su ministerio! "Tú eres mi hijo amado en quien me complazco.” Jesús recordó y creyó que su identidad estaba en ser hijo porque Dios, el Padre lo había dicho.

Cuando el mismo espíritu de Dios lo lleva al desierto, sin comida y agua, por cuarenta días, ¿qué recuerda Jesús allí? Recuerda la voz del Padre y las palabras de los profetas que había leído y conocía desde su infancia, Jesús en tres oportunidades cita lo que conocía: las escrituras. Moisés y el éxodo, el desierto, los cuarenta años, la falta de pan, adoración de otros dioses, todo esto está detrás de las tentaciones de Jesús en estos cuarenta días. Jesús no escuchó al enemigo, ni dialogó con él, el enemigo intenta distraerlo, ofrecerle los reinos sin pasar por la cruz.

¿A quién creer al fin del día? Dios está entre nosotros en medio de tentaciones y dolores ¿o no? No sólo alcanza con leer la Biblia sino conocerla, creerle y obedecerla como Jesús lo hizo. Para Jesús estaba escrito en la palabra de Dios y eso era suficiente. Porque Dios habló, Jesús tuvo claridad de quién era hijo y estaba disponible a su Espíritu donde Él lo llevara. Participaba en la sinagoga siempre que podía.

Imité a mi sobrina y puse en la heladera textos bíblicos que consuelan y desafía y me recuerdan a la familia que pertenezco. En medio de tantas voces, Dios nos sigue hablando ¿a quién escucharemos?

Que el Dios de Jesucristo nos anime a leer y creer en su Palabra.

Para reflexionar:
¿Tenés textos en las paredes o en la heladera de tu casa?
¿Qué libros de la Biblia no has leído?
¿Estás participando en un grupo de estudio bíblico?
¿Qué textos te ayudan a recordar que sos hijo/hija del Dios de Jesucristo?


Silvia Chaves
(Iglesia Evangélica Metodista en Bernal – Prov de Buenos Aires)

martes, 14 de septiembre de 2010

La oración como búsqueda permanente

"Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallareis; llamad y se os abrirá.
Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá".
Lucas 11: 8-9 (RVR 1960)



En el Evangelio de Lucas encontramos este pasaje, después que Jesús les ha enseñado a sus discípulos la oración universal de todos los cristianos: el Padrenuestro.
Cuando empecé a caminar con el Señor no tenía una experiencia fuerte y vívida de la oración. Para mí la oración era un momento en el culto, pero no una continua comunicación con el Padre. Esto lo fui aprendiendo en el camino, fui aprendiendo a pedir, a escuchar, a confiar, a llamar y a buscar…
Este pasaje me permitió entender en mi propia vida cómo comunicarme con el Señor en lo cotidiano, entendiendo que la oración va más allá del simple pedido. Al principio, en mi vida de fe, he pedido a Dios algo puntual y esperado de Él. Como quien va a un negocio a buscar algo que necesita y nada más…
Cuando comencé a comprender lo que era “buscar” en el Señor, empecé a experimentar la consagración en la oración. Ya no se trataba solamente “pedir”, sino “buscar”, y cuando uno busca, encuentra…
Hoy entiendo que la oración también es búsqueda, una búsqueda permanente en la cual puedo acceder a las respuestas que Dios tiene preparadas para mi a través de su Palabra. Y esto me compromete todos los días a poder escuchar la voz de Dios a través del testimonio de quienes nos precedieron en la fe.
Sigamos buscando agua fresca para nuestras vidas en la Palabra de Dios.

Señor, dame de beber esa agua fresca y pura que está en tu Palabra. Amén.

¿Ha cambiado tu forma de orar desde el principio del camino con Dios?
¿Has reflexionado en el sentido de la oración? ¿Cambiaron tus ideas a este respecto?
Tu oración, ¿también es búsqueda? ¿Estás dispuesto a encontrar?



Pastor Ariel Fernández

Iglesias Evangélicas Metodistas en Villa Mercedes, San Luis y Río Cuarto, Córdoba.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Tú tienes palabras de vida


“-¿También ustedes quieren marcharse? –Señor -contestó Simón Pedro-, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna”. Juan 6:67-68 NVI


En esos momentos donde uno se debate si el llamado al ministerio vale la pena, donde uno se cuestiona si viene de Dios o de la propia inventiva, golpeado por distintas crisis en la familia y la iglesia, lastimado y herido por las circunstancias, aparecen preguntas al Señor: los por qué y los para qué de los hechos, y quizás por sordera o por falta de discernimiento uno no escucha ni comprende la voz de Dios.

En esos momentos, el desierto se transforma en una metáfora que resume la sequedad que uno vivencia internamente, aun más me encontraba desorientado, con pocas fuerzas y decepcionado. ¿Esto era la vida abundante? ¿De esto se trataba el vivir por fe? ¿Era la Gracia la manifestación concreta del amor de Dios? ¿Jesús era mi Redentor? ¿El Espíritu Santo consolaba mi vida?

Hasta que este texto del evangelio de Juan que tantas veces había leído para predicar a otros y, lo había interpretado en su contexto para estudiarlo mejor, de repente golpeaba hoy a mi vida y de una manera insistente con la pregunta de Jesús a los doce que se transformaba en una pregunta personal: ¿acaso vos también te querés ir?

Esta pregunta me penetraba. Era más que una pregunta de mi lugar en la iglesia, esta pregunta tenaz iba más allá de un llamado al ministerio. Era una pregunta de relación, de existencia, de vida. ¿Querés hacer la tuya, querés recorrer tu propio camino, querés hacer tu propio destino, querés alejarte..?

Lejos de sentirme recriminado o abandonado o criticado, vivencie el sostén que produce el amor, la gracia que libera, la misericordia que llena el corazón. Y las palabras de Pedro se hicieron carne en mí ¿A quién iré Señor? Tan solo tu tienes palabras de Vida eterna.

Esa Gracia amorosa restaura, sana, fortalece, llena de visión y pasión la vida, para servir dentro o fuera de la iglesia, para vivir la vocación pastoral o tantas otras formas que Dios tiene para mostrarse con su Gloria. Esto nos lleva a proclamar con toda nuestra vida el evangelio de Jesús. Que es más que propagar una religión, es compartir la vida en Jesús con los demás.

Para reflexionar
¿Hemos vivido circunstancia que nos llevan a cuestionar a Dios?
¿Cómo hemos resuelto esas situaciones?
¿Cómo la Palabra de Dios es agua fresca para nuestros tiempos de angustia y dolor?
¿Cuál es tu respuesta a la pregunta de Jesús en el texto?
¿Qué enseñanza para la vida comunitaria podés compartir a través de este devocional?

Para escuchar: “Eres mi buen pastor”
http://www.youtube.com/watch?v=7W2hGBx-G9s

Fabián E. Rey
(Pastor Iglesia Evangélica Metodista en Arroyito, Rosario)

Devoción al Señor en el mes de la Biblia


“Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” (II Timoteo 3:16-17. Reina Valera 1995)


Toda la escritura es inspirada por Dios. Nuestra devoción debe estar inspirada en la Palabra de Dios.

En este mes, los devocionales que compartimos estarán guiados por la Escritura, ese texto en particular que nos inspiró en un momento de nuestra vida. ¿Habrá alguno que nos esteré inspirando ahora mismo? ¿Habrá alguno que nos inspiró en algún momento particular que hemos tenido que atravesar? Anímese a compartirlo, a escribir sobre esa experiencia que le fue de bendición y puede serlo para otro hermano en este tiempo.

Demos gracias al Señor Todopoderoso que hace más de 2000 años nos dejó escritos versículos que nos guiarían en este 2010.

Gracias, Señor por tu Palabra, inspirada por Ti, de inspiración para nosotros hoy. Amén.


Pastora Silvina Cardoso

Editora