(Devocional preparado para la puesta de sol del Campamento Regional de la Patagonia Trevelin, Enero 2011)
Era el segundo día de campamento y en Trevelin, en medio de la cordillera, el sol se estaba poniendo…toda la naturaleza nos invitaba a calmar nuestro espíritu al ritmo en que ella se iba calmando para llegar a la tranquila noche… Todos nos sentamos en el piso de la explanada formando una ronda y dejando que el sol nos bañara con los últimos rayos del día…
Los acampantes, en su mayoría, un tanto alborotados aun por los reencuentros de amistades de campamentos anteriores, otros que venían por primera vez, aun estaban expectantes ante lo nuevo…
Este año trataríamos el tema del trato con los otros y con nosotros mismo, cómo nos relacionamos con los demás y cuánto influye la autoestima en el trato con los que nos rodean!!! Tomamos el texto de Romanos 13:7-8 “Denle a cada uno lo que le corresponde. Al que deban pagar contribuciones, páguenle las contribuciones; al que deban pagar impuestos, páguenle los impuestos; al que deban respeto, respétenlo; al que deban estimación, estímenlo. No tengan deudas con nadie, a parte de la deuda del amor que tienen unos con otros; pues el que ama a su prójimo ya ha cumplido todo lo que la ley ordena” y luego de una oración compartí con ellos la importancia de llevarse bien con el otro.
Llevarse bien, amar al otro no significa solo amar a aquel con quien tengo una amistad, sino, especialmente amar a aquel que no conozco o con quien no tengo amistad. Esto ya resulta difícil entre adultos, entre adolescentes es aun mas difícil especialmente porque no nos tomamos el tiempo para comprender al otro.
Jesús nos invita a llorar con los que lloran y a reírnos con los que ríen, como una forma de comprender al prójimo, más allá de entenderlo. Pero antes de este paso, primero tenemos que tratar de entendernos nosotros mismos, descubrir en nuestro interior si nos amamos tal como somos, si nos aceptamos, porque si no lo hacemos bien, poco aceptaremos al prójimo. Muchos jóvenes se vieron sorprendidos ante esto que les descubría una nueva forma de ver la relación con el prójimo: “debo llevarme bien conmigo para llevarme bien con el otro, debo respetarme y aceptarme para respetar y aceptar…”.
Los invite a que en medio de la ronda que habíamos formado, ahora armáramos una enorme pila de zapatos. Debíamos quitarnos los zapatos y ponerlos al centro, todos revueltos y mezclados! Para poder reirme con el que rie y llorar con el que llora, debo caminar con él un tramo de su vida…saber como es!!!
Cada adolescente se levanto y tomo un par de zapatos, se los calzo como pudo, algunos eran muy grandes, otros muy pequeños, otros eran complicados de calzar (muchos cordones para amarrar) otros eran de suela muy fina y las piedras lastimaban los pies, otros muy calurosos y cerrados… como las vidas de cada uno de los que allí estábamos, vidas distintas, con experiencias diferentes, experiencias de alegría y dolor!!!
Caminamos con esos zapatos hasta encontrar a su dueño y mirándolo a los ojos se los devolvimos diciéndole: “hoy me rio contigo y lloro contigo” Habíamos caminado por unos minutos “poniéndonos en sus zapatos”, habíamos iniciado el ejercicio de COMPRENDER al prójimo, para poder amarlo integralmente sabiendo que fue Jesús el primero en hacer este ejercicio al dejar su trono para vivir en medio nuestro, comprendernos y amarnos a pesar de todo.
Para reflexionar: ¿Cuándo fue la última que te pusiste en los zapatos de otro?
Caminar con otro, ¿te ayuda a entenderlo?
Dá gracias a Dios por las veces en las que otro se puso en tus zapatos para acompañarte en tu caminar
Pastora Mariana Beux
(IEMA Neuquén)
Campamento III Región